PROYECTO RETABLO DEL SIMPECADO | |||
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La base ha sido el antiguo altar de la Virgen del Rocío, perteneciente a esta hermandad y situado en la Parroquia Mayor de San Pedro, el cual es de exquisita manufactura y denota el alto nivel artístico que poseía la hermandad a principios de siglo. El segundo factor ha sido analizar los elementos que puedan ser definitorios de la hermandad y representativos de la corporación. El estudio de los condicionantes anteriores nos ha llevado a diseñar un altar que basándonos en los antecedentes históricos, conjugue tanto elementos centenarios como elementos actuales de la Hermandad , todo ello adaptándolo a una ubicación y al espacio concreto de la capilla que posee la Corporación en la plaza de Paco Toronjo. El retablo está dividido en tres partes. Una zona baja a modo de mesa de altar, donde descansa un primer cuerpo, dividido en tres calles, una central saliente utilizada como camarín y dos laterales. Rematando el conjunto un ático plano. Técnicamente hablando, estará realizado en barro cocido y esmaltado, conjugando azulejos pintados tradicionalmente, con elementos modelados tanto en bulto redondo como en bajorrelieve. Visualmente el retablo adquiere un cromatismo de cerámica antigua, donde se utilizarán tonos verdes, azul cobalto, ocres y granates En el altar se conjugaría la tradicional imagen del simpecado arropado por la actual carroza de plata (como actualmente la vemos en la capilla), con un desarrollo iconográfico al rededor, que plasme la antigüedad e idiosincrasia de esta corporación onubense. De este modo el simpecado iría centrando un amplio camarín conformado por una reproducción del frontal de la carroza, modelada con barro en tres dimensiones y esmaltada en cerámica, que descansa en una peana inspirada en la procesional de Nuestra Señora del Rocío. En la base aparecerán varios paños de azulejos colmados de símbolos peregrinos y vistas de los templos donde ha residido la corporación, con una decoración vegetal propia de la cerámica tradicional. El primer cuerpo lo centra el camarín del simpecado, desarrollándose lateralmente dos calles, que cobijan bajorrelieves esmaltados representando antiguos modelos de los patronos de la ciudad (la antigua imagen del patrono que convivió tantos años con la Hermandad en la Parroquia de San Pedro y la imagen mural de Nuestra Señora de la Cinta que aparece en el humilladero), flanqueados por pilastras acanaladas. En la parte superior se desarrolla un dibujo arquitectónico continuador del cuerpo inferior, donde aparecen sendas pilastras decoradas con guirnaldas de frutas y flores. Todo esto enmarca un bajorrelieve esmaltado de la escena de Pentecostés, representando a la Virgen del Rocío ataviada a la antigua usanza. Este motivo iconográfico, clave en el desarrollo de este retablo, es quizás el elemento más relevante después del camarín del simpecado. Como culmen de todo el conjunto, la espadaña de entrada y la cruz de los ángeles del santuario de Nuestra Señora de la Cinta. Nuestra intención es que la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Huelva tenga un retablo acorde con la relevancia de la corporación, plasmando su antigüedad e historia, que se convierta en referente estético e iconográfico a nivel local, provincial y regional. José María Carrasco Sala; Ddo. Diseño Orfebrería y joyería Juan Luis Aquino Pérez; Ldo en Bellas Artes Sergio Cruz Pozuelo Cabezón; Ldo en Bellas Artes y Ldo. Historia del arte
La Carroza que actualmente posee la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Huelva, está realizada en chapa de metal plateado, cincelado, repujado, con elementos acoplados en metal de fundición. Es en esta chapa de metal donde el maestro orfebre, utilizando las técnicas antes mencionadas, deja marcada la huella, de un trabajo realizado a mano, donde el modelado de motivos y elementos adquiere un gran valor artesanal. Los trazos, ritmos y volúmenes que el orfebre construye golpe a golpe dejan ver la exquisitez y el buen hacer del autor, y se conforman en rasgos identificativos del mismo. Hay que mencionar que la Carroza de la Hermandad de Huelva es una de las más distinguidas de las que confluyen a la Romería del Rocío, no solo por su carácter formal de columnas esbeltas y arcos de medio punto rematados por amplias volutas, sino por la calidad y belleza de su labrado, que la convierte en una pieza original de gran valor. Los hermanos pueden llevar con orgullo que el simpecado de Huelva sea portado en tan bella carroza. La carroza, desde que se bendijo la capilla nueva se está utilizando como altar para el Simpecado, a falta de uno propio. La costumbre, en lo que a la orfebrería sacra expuesta al culto se refiere, es la de mantenerla siempre lo más limpia posible, abrillantándola todo lo a menudo que sea necesario, pues la plata se ennegrece en contacto con el oxígeno. Este es el caso de nuestra carroza, que es preparada para que luzca radiante, como altar, en las más importantes festividades a lo largo del año, como por ejemplo para la Inmaculada , Navidad, cuaresma, cultos preparatorios para la Romería , etc, limpiándose convenientemente en cada una de ellas. Cada vez que una pieza plateada se limpia, se utilizan para ello productos abrasivos que van gastando la delgada capa de plata (prueba de esto es el color negruzco que adquieren los paños tras limpiar la plata, derivado de las partículas arrancadas de plata ennegrecida), Esto hace que se haya tenido que platear la Carroza en varias ocasiones en los últimos años. Es lógico pensar que cuanto más se limpie, más a menudo haya que platearla. El proceso de plateado se compone de varios pasos, primero se pule la pieza con una pasta abrasiva quedando una superficie pulido-espejo, que junto con las limpiezas rutinarias, van gastando las labores e incisiones que ejecutó el maestro orfebre. Posteriormente se aplica sobre la pieza una capa de plata de 0.3 milésimas como mínimo, teniéndose que volver a pulir para dar el acabado final. Todo esto va embotando paulatinamente el trabajo del autor. A medida que se van realizando más limpiezas y plateados se van perdiendo los grafismos, dibujos, y labores originarias de la pieza, ocultándose tras finas películas de plata y erosionándose con los sucesivos abrillantamientos. Estas observaciones que yo doy como técnico, es un simple consejo para la correcta conservación de la Carroza , Dentro de este campo hay Hermandades como la de Moguer y Emigrantes que tuvieron a bien dejarse asesorar por mi experiencia en el campo, ejecutando posteriormente las necesarias restauraciones de los Simpecados. Como conclusión, pienso que lo más conveniente para la correcta conservación del esta pieza del patrimonio de la Hermandad es que no se utilice como altar, quedando expuesta en otro emplazamiento, para que las generaciones venideras puedan disfrutarla en todo su esplendor al igual que hoy en día lo hacemos nosotros. José María Carrasco Sala Diplomado en diseño de Orfebrería y Joyería
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La espadaña de entrada y la cruz de los ángeles del santuario de Nuestra Señora de la Cinta. |
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En la base aparecerán varios paños de azulejos colmados de símbolos peregrinos y vistas de los templos donde ha residido la corporación, con una decoración vegetal propia de la cerámica tradicional. |
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