Nada hacia presagiar después de estos meses de intensas lluvias que este fin de semana el tiempo nos diera una tregua y así, tanto en la convivencia de los hermanos en el merendero, un cambio debido al mal estado del Camino de Moguer, como el lunes de Peregrinación pudimos disfrutar de un tiempo mas que aceptable.
La mañana del sábado amaneció entre nubes, pero como ya había comentado nuestro Hermano Mayor Juan José Chávez, él estaría allí para poder compartir este día de convivencia con todos los hermanos que quisieran acercarse. Así poco a poco se fue llenando el merendero de visitantes y sin perder un ápice de buen ambiente rociero, la Hermandad del Rocío de Huelva cumplió la jornada de convivencia que cada año tiene lugar antes de la peregrinación oficial. No obstante, la afluencia de personas fue algo menor que otros años al principio de la jornada aunque se fue incrementando a lo largo del día a pesar de que el cielo se encontraba completamente cubierto de nubes y hacia mucho viento.
El lunes Las nubes abandonaron el cielo de las marismas de El Rocío dejando espacio en el azul al sol radiante que acompañó durante toda la jornada a la Hermandad del Rocío de Huelva en su peregrinación oficial de 2010 hacia la ermita de la aldea almonteña. Este año el evento ha contado con un elementos de excepción como es que el obispo de Huelva, José Vilaplana presidiera la Eucaristía, siendo concelebrada por nuestro nuevo capellán, José Antonio Sosa y el sacerdote Antonio Bueno.
En torno a las 13:00, cientos de personas arroparon al Simpecado hasta la ermita almonteña, muchos de ellos portando preciosas cestas y ramos de flores para la Virgen. El dulce soniquete de los tamboriles serbia de acompañamiento a la comitiva, que además estaba acompañada de las autoridades civiles y militares. Presidiendo Simpecado se ubicaban nuestro mayordomo, José Antonio Ruiz, el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, el presidente de la Hermandad de Huelva, Juan Ferrer, el hermano mayor de 2010,
Juan José Chávez, que vivió emocionado, junto con su familia y amigos, este importante acto previo a la Romería.
A la breve peregrinación se sumaron la Hermandad de Emigrantes, las asociaciones rocieras de Alosno y Motril (Granada), otras hermandades ahijadas como Isla Cristina, Gibraleón, Punta Umbría, Trigueros, Bonares o la hermandad no filial de Salamanca.
La función principal fue oficiada por el obispo de Huelva, José Vilaplana, y concelebrada por el capellán de la filial onubense, José Antonio Sosa, y por el sacerdote y hermano mayor de la Hermandad de Bonares, Antonio Bueno. Los cantos estuvieron a cargo del Coro de la Hermandad.
El regreso a la casa de hermandad se realizo en dos partes, primero al patio de la casa en la plaza Doñana donde se celebró el descubrimiento de un azulejo y donde el obispo de Huelva, ante la mirada de decenas de
hermanos, bendijo el mosaico de azulejos pintado a mano por Carmelo del Toro. El dibujo representa al Simpecado de la filial onubense como motivo central, escoltado por dos imágenes de la romería, todo sobre una base que muestra las distintas medallas que atesora la Hermandad de Huelva. De nuevo el Coro de la Hermandad después del canto de la Salve “Vengo a Ti” animó al publico con un popurrí de sevillanas de su ultimo trabajo discográfico.
Ya para finalizar se partió de nuevo en comitiva hasta nuestra Casa en el Real para colocar el Simpecado y rezarle la salve de nuestra Hermandad.